ERLENDUR SVEINSSON, la serie
En 1997, un periodista y crítico de cine y literatura islandés publicó una novela negra que se desarrollaba en Reikiavik y en la que un policía debía investigar dos muertes violentas. Era algo insólito en un país tan pequeño como Islandia en el que, si bien se cometían delitos, los grandes crímenes eran prácticamente inexistentes. A pesar de todo, el talento austero que demostró Arnaldur Indridason en esta y en posteriores obras, se acabó imponiendo, y su héroe, el inspector Erlendur pasó a formar parte de la mitología islandesa y de la constelación internacional de personajes estrella de la novela negra.
Sorprende la naturalidad con la que funciona una serie que se ha convertido en un referente ineludible (algunos sostienen que el mejor) de la literatura policiaca escandinava. Indridason ha sabido integrar a la perfección la realidad social y el gélido escenario islandés, con sus largas noches invernales y sus paisajes naturales espectaculares, en unas novelas que cuentan mucho más que un caso que resolver. Son puertas que se abren y nos descubren todo un mundo donde las acciones humanas también pueden ser siniestras, y las contemplamos con la fascinación que despierta todo lo que es muy diferente al resto de cosas.
Son catorce las novelas que integran la serie y que RBA está publicando íntegramente. Parece que, de momento, su autor ha decidido darla por concluida, pero ¡nunca se sabe! Personajes con un magnetismo como el de Erlendur siempre se resisten a desaparecer.
Indridason también se ha desenvuelto muy bien con otros personajes e historias, como demuestra la sorprendente y magistral Bettý, una novela que deja noqueado al lector, pero sin duda alguna la serie de Erlendur es su buque insignia.
ERLENDUR SVEINSSON, el personaje
Erlendur Sveinsson es el inspector más famoso que jamás tendrá Reikiavik. Pero debemos llamarlo solo «Erlendur» (que para los islandeses significa «forastero»). Los apellidos en Islandia son simples patronímicos (es decir, significan literalmente «hijo de» o «hija de») y tan solo se utilizan en contadas ocasiones, ya que hasta los desconocidos se tutean. Incluso allí se suele alfabetizar por el nombre, no por el apellido.
Por su apariencia exterior, puede adivinarse que a Erlendur la vida no le ha tratado bien. Tiene más de cincuenta años, está algo pasado de peso y no se preocupa demasiado por el estado de la ropa que viste. Pero sobre todo transmite desconsuelo y mal humor. Originario de la costa oriental de la isla, su infancia está marcada por la muerte de su hermano pequeño durante una tormenta de nieve. Ambos salieron juntos, pero solo regresó vivo Erlendur. Este trauma se ha convertido en una obsesión para él, que lee todo lo relacionado con las desapariciones en la isla, algo que por desgracia es más común de lo que parece.
Tampoco puede considerarse que el resto de su vida personal haya sido un triunfo. Divorciado de su mujer desde hace mucho, tiene dos hijos: Eva Lind y Sindri Snær. Ella cayó víctima de las drogas y él del alcohol. Se distanció de ellos cuando eran pequeños, pero ha intentado volver a recuperar el contacto. Con Eva Lind, ha vivido momentos tensos, pero siempre se ha mantenido más cerca de ella que de Sindri Snær, cuyo trato es más neutro.
En cambio, en el trabajo no hay quien lo supere después de décadas en el cuerpo de policía. Su obstinación le permite ver lo que los demás no pueden y su obsesión por el pasado le empuja a escarbar en historias olvidadas para encontrar las claves de los crímenes más crueles. Le han ofrecido ascensos, pero él prefiere no sentirse atrapado detrás de una mesa.
Entre sus colaboradores destacan dos, que incluso han llegado a protagonizar sus propias novelas: Elínborg y Sigurđur Óli. La primera es geóloga y una apasionada de la cocina. A pesar de todo, ella quiso enrolarse en la policía y ha acabado demostrando sobradamente su capacidad para investigar. Sigurđur Óli, en cambio, es muy diferente a Erlendur y Elínborg. Estudió criminología en Estados Unidos y tiene una visión poco tradicional de la vida. Con la habilidad que le caracteriza, Indridason también retrata sus realidades cotidianas para convertirlos en personajes de carne y hueso, tan reales como nos lo parece el inolvidable Erlendur.