Si los muertos no resucitan

EN UN MUNDO CIEGO, BERNIE GUNTHER ES EL ÚNICO QUE SE ATREVE A VER

Berlín, 1934. Tras abandonar el cuerpo de policía, Bernie Gunther se ha convertido en detective del glamuroso hotel Adlon. Allí se aloja una periodista estadounidense que ha llegado para investigar el creciente fervor antijudío de los nazis y la sospechosa designación de la capital alemana como sede de los próximos Juegos Olímpicos de 1936. Entre ambos se establece una alianza para investigar un caso en el que está implicado el crimen organizado y que apesta a corrupción, dinero y muerte. Lo que no sabe Gunther es que las consecuencias de esta conspiración viajarán en el tiempo y llegarán a estallar en la Cuba prerrevolucionaria de 1954.

«A Bernie Gunther le vemos hacer y decir cosas inolvidables. Porque Gunther es quizás el más chandleriano de los detectives de la narrativa actual, solo que él se mueve por la Alemania de Hitler». Lilian Neuman

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