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Si entra en Mason Falls es bajo su plena responsabilidad

04 octubre 2020

Convendremos que pocos arranques de novela más satisfactorios que ver a un neonazi maltratador de mujeres recibir su merecido. Podríamos decir que esta es la carta de presentación del inspector P.T. Marsh, quien también tiene la rara costumbre de mantener conversaciones en su cabeza con Purvis, su bulldog de siete años. Su radio de acción es Mason Falls, una ciudad de tamaño medio en el estado de Georgia que vive en buena medida de la restauración de aviones comerciales y de la venta de recuerdos de la época de la guerra de Secesión. Como han reflejado incontables novelistas estadounidense (William Faulkner, Flannery O’Connor, Carson McCullers, por citar sólo tres), el Sur del país es un mundo aparte, el lugar que se aferró ferozmente a la esclavitud y a la segregación racial, ahí donde el retraso, el fundamentalismo cristiano, la superstición, la violencia y toda suerte de prácticas bárbaras son males endémicos. Y es este avispero, donde las oscuras corrientes del pasado nunca desaparecieron del todo y muchos viejos fantasmas siguen bien activos, el lugar al que ha escogido llevarnos McMahon en su debut literario, Un policía del sur.

Mientras P.T. Marsh investiga un crimen del que él mismo podría ser responsable (en otras palabras, la máxima expresión de lo que sería “un conflicto de intereses”), y de paso lucha contra la tentación de acabar con todo tras perder a su familia en un accidente de tráfico, la aparición del cuerpo calcinado de un joven negro en un campo abrirá la caja de los truenos. Junto a su compañera Remy, el inspector descubrirá hasta qué extremos Mason Falls encierra un secreto perturbador. Sin destripar nada del argumento, hay algo en la atmósfera onerosa que se respira en la novela, tanto a nivel geográfico como mental, que remite a Heridas abiertas de Gillian Flynn y a la subyugante primera temporada de la serie televisiva True Detective. Y en el actual contexto del movimiento “Black Lives Matter", resulta saludable ver una novela que, sin renunciar a la intriga y la acción con fines de entretenimiento, denuncia el arraigo del racismo en la sociedad estadounidense, así como expone los nefastos efectos de cualquier forma de fanatismo religioso.

Bienvenidos pues a la turbia Mason Falls, adéntrese con precaución y, si la situación se pone fea, llame a P.T. Marsh.

Antonio Lozano

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