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Las buenas palabras y un arma

18 noviembre 2018

En un momento de Los intocables de Eliot Ness, película dirigida por Brian de Palma a partir de un guión de David Mamet, el personaje de Al Capone (Robert de Niro) ofrece una poco ortodoxa rueda de prensa mientras lo afeitan. La escena es mametiana en estado puro al combinar logorrea ingeniosa con tensión subyacente. Bajo el discurso animado y seductor del capo mafioso discurren los nervios que atenazan al barbero ante la posibilidad de cortar al último individuo sobre la faz de la Tierra a quien querrías causar la menor molestia. El tajo finalmente se produce, sigue una pausa hecha de silencio y pánico, y, delante de las dos formas de continuismo que se abren (la violencia o la palabra), asoma el Mamet dramaturgo (hombre pues de palabras) y Al Capone suelta el siguiente comentario: “Crecí en un barrio duro. En él solíamos decir: <<Las buenas palabras y un arma te llevarán más lejos que sólo las buenas palabras>>” (cuando todos sabemos que lo que de verdad está diciendo es que sólo un arma te llevará realmente lejos).

De alguna manera estas palabras prefiguran (como veremos) uno de los mensajes que se desliza en Chicago, novela con la que, décadas después, David Mamet ha vuelto a algunos de los escenarios (el Chicago de la Ley Seca) y tipos (los dos lados de la ley) de la película.

La escena es ésta:

https://www.youtube.com/watch?v=KdNSlyrbcDY

Chicago también bascula en todo momento entre el verbo y la acción, esto es, cuando sus protagonistas no están escribiendo, o inmersos en diálogos ricos en observaciones agudas y reflexiones existenciales, lo que procede es el lenguaje de los puños y las balas. Su protagonista, el veterano de guerra y periodista Mike, vive de las palabras, que uno no diría en principio que son “buenas” en tanto que trabaja en un diario tendente al sensacionalismo pero que su amigo y compañero Crouch le hace ver que sí lo son si entendemos por “buenas” aquellas dotadas de suficiente neutralidad como para no pisar ningún callo. He aquí el extracto de marras:

“–¿Por qué crees que nos pagan? –le había dicho Crouch.

–Por publicar noticias curiosas –respondió Mike.

–Y una mierda –dijo Crouch–. Las curiosidades son demasiado interesantes para ser noticia.

–Entonces, ¿qué es noticia?

–Es noticia –dijo Crouch– lo que hace que el consumidor se sienta lo suficientemente importante, cabreado o lo que sea para llegar hasta la página doce y encontrarse el anuncio de las alfombras de oferta.

–Yo creía que las noticias tenían que generar interés –dijo Mike.

–Por eso descartan tus artículos –repuso Crouch–. Si genera interés al ayuntamiento, te despiden. Si genera interés a Al Capone, acabas tan muerto como Jake Leiter. Si genera interés al coronel McCormick, a lo mejor la has cagado; él se lleva la impresión de que tu nombre es más importante que el suyo y no solo te echan, sino que te es imposible encontrar trabajo. Porque, escúchame bien, chaval, hay fuerzas vivas en la tierra. No somos uno de ellos, sino una distracción de la inquietante idea de su presencia”.

Pues bien, ante el asesinato del amor de su vida, Mike escoge el camino de la venganza, que significa el camino de la violencia, lo que supone que debe decir adiós a las buenas palabras y entregarse a las armas. Es aquí que las palabras de Al Capone en Los intocables de Eliot Ness devienen proféticas: <<Las buenas palabras y un arma te llevarán más lejos que sólo las buenas palabras>> (cuando todos sabemos que lo que de verdad está diciendo es que sólo un arma te llevará realmente lejos).

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