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La mujer de Ödesmark, otra obra maestra de Stina Jackson

22 febrero 2021

Habiendo crecido en un pueblo tan al norte de Suecia que lindaba con el Círculo Polar Ártico, Stina Jackson (Skellefteå, 1983) conoce bien hasta qué punto moldea el carácter y regula las pasiones el hecho de vivir en un lugar remoto y aislado, proclive a las temperaturas extremas, desconectado de muchas de las comodidades de la civilización, donde la Naturaleza es a un tiempo un espectáculo majestuoso y una trampa dispuesta a cazar al incauto en cualquier momento o a desgastar su alma poco a poco. En su segunda novela, La mujer de Ödesmark, confirmación que su auge fulgurante a la cima de la novela negra escandinava tras su multiventas y multipremiado debut, Carretera de plata (RBA, 2018), no era fruto de la casualidad, ni su nombre uno más que añadir al pelotón septentrional-, la autora nos traslada al pueblo del título -ficticio aunque situado, se nos dice, a las afueras de una localidad auténtica como Arvidsjaur-, formado por catorce casas desperdigadas, de las cuales sólo cinco siguen habitadas.

Stina Jackson explora con brillantez el papel que una geografía y un clima adversos pueden tener en la vida de las personas, el modo en que la reclusión, la soledad, la falta de una comunidad sólida y estar rodeado de un paisaje indómito se traducen en una asfixia mental y un encogimiento de las expectativas que facilitan la aparición del drama y abocan a las conductas criminales. En el centro de la trama encontramos a Liv Björnlund, una madre soltera que vive con un hijo adolescente y un padre despótico en un hogar desvencijado y triste de la semi fantasmagórica localidad de Ödesmark, trabaja en una gasolinera y ansía huir en pos de una existencia mejor. A través de un minucioso y conmovedor retrato psicológico, la autora consigue que encarne el dilema entre la fidelidad a la familia y las raíces -por muy difíciles y castradores que sean sus efectos- y el muy humano deseo de felicidad y desarrollo personal. Lo que desconoce Liv es que en el pueblo circula el rumor de que su progenitor esconde una pequeña fortuna en su casa, lo que funcionará como imán para dos balas perdidas que también desean cambia su suerte si bien por medios mucho más peligrosos.

La mujer de Ödesmark vuelve a demostrar el talento de Jackson para crear personajes llenos de debilidades y sueños a los que entendemos y con los que empatizamos, haciéndolos circular por líneas de alta tensión hasta desembocar en un clímax impactante. El lector se emociona y sufre, goza y reflexiona, se muerde las uñas y va a por pañuelos. Como sintetiza Niklas Natt Och Dag, autor de 1793, “estamos frente a una obra maestra en la que bullen lágrimas y sangre, amor y desesperación, consuelo y rabia, y toda esa oscuridad que provoca que la luz acabe brillando aún más”.

Antonio Lozano

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