inocente

Cosas útiles que aprendí leyendo novela negra

26 agosto 2012

Bajo este epígrafe me he propuesto ir compartiendo con la comunidad cibernética-criminal toda una serie de prácticas enseñanzas extraídas de libros de género negro, que podemos incorporar sin mucho esfuerzo a nuestra vida cotidiana para incrementar de forma sustancial nuestros niveles de facilidad.

Asunto: Intoxicar a un ser depresivo, que con su miseria nos amarga la existencia, hasta causarle la muerte con la garantía de que no te pillarán y evitarás pasarte muchos años a la sombra.

Fuente: Inocente (Mondadori), de Scott Turow

Ingredientes: pastillas de fenelzina, vino tinto, cerveza, productos lácteos…

Procedimiento: El objetivo tiene que estar medicándose con un compuesto antidepresivo llamado fenelzina. Este inhibe la producción de una enzima llamada MAO que descompone varios neurotransmisores que alteran la conducta. La limitación de los niveles de MAO euforiza al cerebro, provocando una mejora sustancial en el estado emocional del individuo. Ahora bien, si se combina la ingestión de fenelzina con la de otra sustancia llamada tiramina se producen unos efectos fatales en otras partes del cuerpo, por ejemplo, en el corazón. Existen una serie de alimentos muy comunes que contienen tiramina, entre ellos, el vino tinto, quesos curados, cervezas, yogur, carne adobada, pescado en escabeche, embutidos.. Si se consigue que, después de haber ingerido un par de pastillas de fenelzina, el objetivo tome una suculenta cena a partir de estos alimentos, hay muchas posibilidades que la tiramina aumente la toxicidad del fármaco antidepresivo con consecuencias letales. Si hay éxito, la sobredosis provocará una reacción hipertensiva que desembocará en una muerte por arritmia.

La mejor noticia es que los análisis toxicológicos ordinarios, que se realizan sobre un centenar de fármacos, no cubren los inhibidores de MAO. Siempre existe la posibilidad de llevar a cabo una espectografía de masas para conocer la denominada “distribución postmortem”, es decir, cómo los antidepresivos han migrado al corazón en altas concentraciones. Pero incluso así, los toxicólogos no han podido todavía probar si la fenelzina migra o no, con lo que resultaría imposible establecer si una elevada dosis de la misma en la sangre cardíaca fue producto o no de una dosis letal del fármaco.

Y cuando parecía que las cosas habían tocado techo, un regalo para acabar de borrar las huellas y asegurarse una victoria rotunda: si se deja enfriar el cadáver un día entero los jugos gástricos erosionarán en el estómago los medicamentos y los alimentos que contienen tiramina. Claro que luego hay que justificar por qué se esperó un día entero a avisar a las autoridades competentes, pero seguro que algo se le ocurrirá. ¡Suerte!

 

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