Sudáfrica ha dado en los últimos tiempos algunas de las figuras literarias más emblemáticas de las letras internacionales. No en vano, dos autores sudafricanos, JM Coetzee y Nadine Gordimer, han sido merecedores de sendos premios Nobel en menos veinte años. Ese caldo de cultivo para buenos literatos da también su fruto en el campo de la novela negra y Deon Meyer es el rey del género en el África austral. Una sociedad en transición y con paisajes urbanos tan variados como Ciudad del Cabo son el terreno perfecto para unas tramas que nos desmenuzan una realidad compleja, violenta y fascinante.

El lector que no ha entrado todavía en los libros de Deon Meyer, encontrará algo único y exótico que fascina en todo el globo (sus obras se traducen a más de veinte lenguas). Para empezar uno de los protagonistas, Thobela Mpayipheli, es un guerrero de la etnia xhosa que había trabajado nada menos que para el KGB y la Stasi. Tampoco las armas son necesariamente las convencionales. Thobela lleva un assegai, una azagaya típica sudafricana. Todo eso en una de las ciudades más hermosas y espectaculares del mundo que todavía digiere, como el país entero, las tensiones raciales y el abandono de las tinieblas del terrible régimen anterior.

La novela principal de Deon Meyer, El pico del diablo, ha hecho rendirse a la crítica internacional. Los Angeles Times decía del libro: «El pico del Diablo establece su ritmo con un molto allegro y acaba con un floreciente vivace, pero el peso de la novela recae en la acusada empatía del autor por sus personajes, incluyendo sus frecuentes y catastróficas debilidades. Uno de los personajes se pregunta si “estamos siendo castigados por los pecados que cometeremos en el futuro”, un presagio que suena como el primero de muchos pensamientos tocados por la gracia en medio de las excelentes pirotecnias estructurales de la novela» y el Wall Street Journal «Al igual que en los mejores trabajos de escritores como Henning Mankell o Karin Fossum, El pico del Diablo presenta el retrato de una sociedad en transición».

El verdadero Pico del Diablo

El Pico del Diablo forma parte de los acantilados casi verticales que rodean lo que se conoce como la Montaña de la Mesa, en Ciudad del Cabo. Numerosos cuarteles militares y cañones se encargaban de defender la ciudad de los posibles ataques del sur. Con más de un kilómetro de altitud, el ascenso sólo se puede hacer por una de sus laderas. Originalmente, el Pico del Diablo se conocía con el nombre de Windberg. Esta denominación parecía provenir de la historia de Jan van Hunks, un prodigioso fumador de pipa que vivía al pie de las montañas hacia 1700. Como su mujer no soportaba que fumara en casa, lo obligaba a salir fuera. Un día, mientras fumaba en lo alto del pico, se le presentó un misterioso hombre que lo retó a participar en una competición. Aquel misterioso hombre no era otro que el diablo. Van Hunks ganaría la competición pero el humo habría de quedarse para siempre alrededor de su cima.

¿Qué es un assegai?

Thobela Mpayipheli es un guerrero y cazador xhosa y lleva un assegai con el pretende impartir justicia. Pero ¿qué es un assegai?

Un assegai es una lanza ligera de madera con la punta hecha de metal. Hay varios tipos por toda África y es muy característica de varias etnias de Sudáfrica como los xhosa o los zulúes. Este tipo de azagaya se utilizaba para la caza y la defensa.

¿Quiénes son los xhosa?

Los xhosa son una etnia sudafricana de origen bantú. Su lengua es una de las once oficiales del país y se estima que se habla por unos ocho millones de sudafricanos (casi un 20% de la población total). También se habla en otros países como Leshoto o Botswana. La etnia xhosa ha dado algunas personas muy célebres como Nelson Mandela o Desmond Tutu.

Algunas frases de Deon Meyer

«No creo que mi país sea ahora más violento que hace diez años, pero los orígenes y los motivos de la violencia sí que han cambiado. Antes el acento estaba en lo político, mientras que en estos momentos hablamos de crimen puro y duro».

«Vivimos con unos grados de libertad, democracia y bienestar económico mucho mejores, pero un porcentaje de Afrikaans desea, de un modo más emocional que racional, recuperar el poder, pues la pérdida de este resulta siempre traumática».

«Con frecuencia he pensado que una buena ficción es similar a una buena sinfonía: la pieza va del orden al desorden y de nuevo al orden. De manera que tengo que disentir de aquellos que sostienen que la novela negra versa sobre el desorden. El crimen implica desorden y alienación, mientras que la novela negra trata con frecuencia del modo de rectificar esta situación –y esta búsqueda supone una estupenda fuente de conflicto y de tensión. Extrapolando esto, me gustaría pensar que este es el material del que están hechas la mayor parte de las historias. Desgracia de J.M. Coetzee, por ejemplo, quizás no represente a la prosa “hard-boiled”, pero sus intereses son hermanos».

«Entre mis preferencias debo citar a grandes autores americanos del género como Ed McBain, John D. MacDonald, Jeffrey Deaver y Michael Connelly».

Artículos destacados en prensa

El País (3/10/2012). «Deon Meyer: "la novela negra ha sustituido al periodismo de investigación». Consultar artículo aquí.

ABC (8/10/2012). «Deon Meyer: "la novela negra colma el anhelo de justicia de los seres humanos». Consultar artículo aquí.

El Mundo (3/10/2012). «Deon Meyer y los buitres de Sudáfrica». Consultar artículo aquí.

 

 

 

 

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